La Oración para la Fiesta de la Natividad de María "Oh María recién nacida, te bendecimos y te honramos": "Oh María naciente, cuán grande y augusta eres Princesa del cielo: si tus comienzos son tan ventajosos, ¿hasta qué punto se elevará tu progreso perpetuo? Comienzas desde tu nacimiento a cumplir los deseos de los patriarcas, las predicciones de los profetas y la espera de toda la humanidad: es por esto, oh santísimo Niño, que todas las naciones te bendicen y honramos tu cuna: sabemos que ya has concebido en tu alma a quien debe formar un cuerpo de tu purísima sangre. ¡Oh bendita hija de David, que derivas Tu origen de los patriarcas y reyes, y de los profetas del Señor, y que, sin embargo, has nacido en la pobreza! Enséñanos a gloriarnos sólo en la felicidad de ser hijos de Dios y herederos de su reino: ayúdanos, recordando constantemente tu nacimiento espiritual, a huir de la corrupción de la época, a vivir sólo del Espíritu de J. C., con el que fuimos revestidos en el Bautismo. Te conjuramos, por la pureza de tu nacimiento, a que nos obtengas el Auxilio del cielo, para que por la violencia continua, conservemos la Gracia del Bautismo, o que la recobremos por la penitencia sincera, para que al menos podamos encontrarnos en la muerte en las mismas disposiciones en las que Tú naciste. ¡Oh María! Nombre que es Fuente de Gracia, te invoco. ¡Oh María! Acuérdate de mí ahora y en la hora de mi muerte. Amén

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